
Soy de la tierra insana el ciego
Seguidor de una voz inaudible
Aunque a muchos sea inasible
Como para el sol un dondiego
Mi alma tuvo un constante riego
En la piedra de mi pecho rompible
Pues para Él nada hay imposible
Y hoy, como a Pedro, no lo niego
Como nuevo seguidor se despierta
Una llama en mi alma desierta
Tal cual luz de un nuevo nacimiento
Y con ese bonito sentimiento
No más ha de dejar su seguimiento
Por las obras que el mundo concierta